Navacerrada-Madrid 2008
Un gran amigo había escuchado en alguna parte, que todo se trataba del grosor de la piel y es que hay personas que tienen la piel más delgada que otras. Yo tengo la piel como papel de arroz, como papel par
a calcar. 
Aveces, esa delgadez es una ventaja,
me hace sentir superpoderosa,
pero otras veces soy un bebe en incubadora.
Es tan delgada que mi rostro siente,diariamente, ligeros recorridos de agua salada.
Tan delgada, que me puedo quedar viendo una esquina vacía,
sin tiempo que me apure.
Tan delgada que puedo agacharme, bajo cualquier circunstancia, a tocar la textura del piso, ver mis dedos sucios y no limpiármelos. Pero, es un problema cuando el puño más sensible que tenemos se hincha y esa piel se vuelve gruesa y crece como piel de puerco.
Sólo acuerdate de qué esta hecha esa piel,
por qué se ha convertido en lo que es.
Porque no es eso, sólo lo aparenta
y es lo que le permite no ser
lo que quisiera.
